El Bulldog o Bulldog Inglés, también llamado English Bulldog es una raza de perro originaria de Gran Bretaña.
Su principal característica temperamental, a caballo entre la pereza y el halago, no es comparable a la de cualquier otra raza canina. Parece terco y obcecado, y, además, lo es. Pero la influencia humana en estos animales, consigue un Bulldog adulto con su carácter notablemente modelado por el adiestramiento basado en su genética. Como mascota y animal de compañía en el propio domicilio, el bulldog inglés es un ejemplar pacífico y gratificante.
Su adiestramiento no resulta de lo más fácil, ya que su instinto e inteligencia natural no lo predisponen para la obediencia ciega, pero por su plena adaptación a permanecer encerrados en nuestros pisos sí son muy cómodos para nosotros como amables mascotas.
Los bulldogs ingleses son muy cariñosos con las personas y en su compañía se sienten felices, no así rodeados de otros perros, con los que es muy reacio a establecer lazos de amistad. Esta característica temperamental del bulldog inglés es común a un gran número de razas caninas de combate que se entusiasman con las personas que les rodean, pero son insociables con otros animales de su especie.
A pesar de su famosa expresión de amargado, los bulldogs son muy dóciles, pero a la vez puede moverse muy rápido a distancias muy cortas. Son amables aunque a veces caprichosos, la frase "terco como un bulldog" está vagamente sus raíces en la realidad.
Los criadores han trabajado para suavizar el carácter más agresivo de la raza; en la actualidad es un perro conocido por tener un buen humor. Estos pueden ser muy apegados a la familia y no se aventuran sin compañía de ella debido a su naturaleza amistosa de llevarse bien con sus miembros y con otros perros o mascotas.
Esta raza fue inicialmente usada para apuestas en peleas de perros, durante el siglo XVII (en 1835 esta práctica fue prohibida en Inglaterra). En la actualidad, este perro es uno de los símbolos de Inglaterra