Perros de avalanchas
Durante el invierno en ciertos países es indispensable el uso de estos perros debido a las avalanchas de nieve que ponen en peligro muchas vidas durante esta temporada.
Estos perros tuvieron sus inicios durante la Segunda Guerra Mundial donde unos monjes fundaron en el siglo XI en el monte Saint Bernard paso alpino de las fronteras entre Suiza e Italia el Hospicio del Gran San Bernardo, para ayudar a viajeros y peregrinos ocupando perros de dicha raza para buscar a los viajeros que se perdían durante las tormentas de niebla y nieve, ayudándolos con su célebre barrilito lleno de cognac que llevaban en el cuello.
Posteriormente fueron entrenados perros de otras razas que fueran más ágiles, porque en este tipo de rescate se requiere de mucho esfuerzo, una excelente condición física y un pelo no tan largo, para que sea más eficiente en su trabajo.
En este tipo de desastres el factor tiempo es sumamente importante y por lo tanto el trabajo que estos perros realizan adquiere un valor indispensable.
Para esta tarea se ocupan principalmente 2 razas: el pastor belga mallinois y el pastor alemán debido a que poseen un tamaño y peso ideales para no cansarse fácilmente en la nieve, pelaje tupido, desarrollo abundante del subpelo, la piel de las almohadillas se endurece y solo es necesario proteger los ojos de los efectos de los rayos ultravioleta, también tienen una gran disposición al trabajo, que ciertamente es agotador.